Antonio Germán Larraz

por | Feb 14, 2022 | Humanidades, Personajes taustanos

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El guerrillero

Escudo heráldico de Antonio Germán
Escudo de armas de la familia Germán

Antonio Germán nació en Tauste el 31 de Marzo de 1639 en el seno de una de las más antiguas familias taustanas de su tiempo.

 Tenía, por lo tanto, casi setenta años cuando, en el verano de 1706, durante la Guerra de Sucesión, que enfrentó a Felipe de Borbón y a Carlos de Austria por la corona de España, Anto­nio Germán defendió con las armas los derechos al trono del pretendiente francés, ante­pasado directo del actual monarca.

Para ello, arriesgando su vida y toda su fortuna, for­mó un pequeño grupo de unos cuarenta guerrilleros que desde las Bardenas de Navarra se enfrentó durante unos meses a las tropas que desde Zaragoza apoyaban al preten­diente austríaco.

 Apresado finalmente, fue condenado a la horca, ofreciéndosele el per­dón de su vida si aceptaba en el último momento al archiduque Carlos como rey. Al negarse a hacerlo, fue ahorcado en nuestra villa el día 3 de octubre de 1706. Sus últi­mas palabras al verdugo fueron: «Calla y ahorca, que ése es tu oficio».

El desenlace

Tras la victoria de Felipe V, y enterado el rey de su ahorcamiento y la fidelidad hasta la muerte de Antonio Germán a su causa, fue recompensada por el rey con el ennoblecimiento de sus descendientes, en cuyo escudo de armas figuró desde entonces, además de la horca en que había sido ajusticiado su antecesor, un lema latino en el que se leía «pro lege et rege suspendium elegit anima mea».

Por su heroica acción, y por expreso deseo del Rey Felipe V, se incorporó al escudo de la Villa de Tauste la flor de lis de los borbones junto con la leyenda de Fidelísima.

Igualmente, un monumento público levantado inicialmente en la plaza de la localidad, el «Alcarabán», pretendía perpetuar entre sus conciudadanos la memoria de su nobleza y fidelidad.

El monolito

En un tiempo todavía desconocido, pero con toda seguridad a partir de 1864, se acabó desplazando la ubicación del monolito enfrente de la puerta de la Iglesia parroquial, amputando los dos primeros escalones.

Así lo explica el relevante taustano Mariano Laborda y Villoque en su libro “El heroísmo en acción. Una página del siglo XVIII”. El libro editado en Zaragoza en la tipografía de Mariano Salas en 1886 fue premiado en la Exposición Aragonesa de 1885.

Consecuente á esta soberana disposición, se levantó modesto obelisco en la plaza donde fue nuestro héroe ejecutado. Se reducía sencillamente á una columna de piedra negra de cuatro caras, que se elevaba desde tosca escalinata y terminaba en en pirámide cuadrangular, cuya cúspide sostenía una pequeña esfera, sobre la que descansaba una cruz de hierro.

En una de las caras de la columna se veían las armas de los Germanes, á saber: en la parte superior la horca, que representaba el instrumento del suplicio; á la izquierda un león rampante y el fusil de Felipe V, y á la derecha una flor de lis y un castillo. Sobre todo esto una corona, y sirviendo de orla al escudo las palabras siguientes: “Pro lege et pro Rege suspendium elegit ánima mea” (Por la ley y por el rey he preferido el patíbulo).

En la cara opuesta una inscripción latina que no puede leerse íntegra por estar grabada con bastante descuido y deteriorada por el tiempo, pero que explicaba el objeto de honrar á D. Antonio Germán, lleva fecha de 26 de Octubre de 1708. Andando el tiempo fue trasladado el insigne monumento á la plaza de la Iglesia, donde hoy se conserva pobrísimamente.

La publicación localizada por El Patiaz en la Biblioteca de la Universidad de Harvard, en el estado de Massachusetts (EE.UU.) y digitalizado por Google se puede descargar desde nuestra web.

Por último se destruyó esa columna original en 1940, según se anota en el archivo fotográfico de Ángel Betoré, para volver a esculpir una nueva en 1955, más modesta en dimensiones pero por contra más esbelta, apartándola a un rincón de la plaza de Santa María. Este monolito ubicado junto a la Casa de la Cámara que fue su residencia, recuerda a Antonio Germán además de dar nombre a la calle más céntrica de Tauste.

Hoy día, permanece aguardando una profunda restauración y un adecuado embellecimiento de su entorno. A pesar de ser una orden real, de manera metafórica volvemos a la saturnal costumbre de devorar celosamente el recuerdo de los hijos de la villa.

Boletín nº3