Pintura judicial del siglo XVII

por | Mar 26, 2017 | Canal de Tauste, Noticias

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Una nueva vista histórica del Canal de Tauste del año 1627

Este desconocido documento se conservaba en el Archivo Real y General de Navarra

galería fotográfica Juan José Morales Gómez

La colaboración entre la Asociación Cultural El Patiaz y el Sindicato de Riegos del Canal de Tauste, mediante la que se promueven las investigaciones de Juan José Morales Gómez sobre el pasado histórico del Canal, ha dado un nuevo fruto. Hace algo menos de una año se daba a conocer una pintura judicial realizada en 1557 procedente de un pleito conservado en el Archivo Real y General de Navarra.

Hoy es otra, de la misma procedencia: una vista delineada en los primeros días de 1627. Realizada con idénticos fines que la anterior, facilitar a los jueces del Consejo Real de Navarra la comprensión del fondo de un litigio, se trata de un dibujo de tinta sobre papel, con unas dimensiones de 30 x 83 cms.

pintura judicial canal de tauste 03

El documento

Lamentablemente, ha sufrido algunas pérdidas en los pliegues, pero, aun con todo, el objeto es perfectamente reconocible. Se trata del tramo de la llanura fluvial por donde discurre, el Canal hoy y la Acequia de Tauste entonces, entre el caserío de Fustiñana y el barranco que hoy conocemos como del Congosto, muy cerca de la muga de los términos municipales de Fustiñana y Buñuel, con los elevaciones que marcan el comienzo de las Bardenas al fondo.

Trazada con pulso firme y buena mano, la representación tiene indudablemente un cierto poder evocador. No obstante, no es ningún apunte del natural ni tampoco un mapa en el sentido estricto del término, entre otras razones, porque no es una imagen ajustada a la realidad en todos sus pormenores, sino una más simplificada.

Así, el dibujante se limita a ubicar de forma general el área en cuestión, apoyándose para ello en la representación de los motivos situacionales más evidentes –el caserío de Fustiñana, el Ebro, el gran barranco de Santa Engracia, las estribaciones del límite de las Bardenas…-, para, a continuación, descender a determinar los elementos particulares en torno a los que giraba el litigio y solo éstos, ignorando otros de igual o incluso mayor entidad, lo que hace aconsejable algún comentario.

Empecemos por los dos puentes representados, uno innominado y el otro identificado con la leyenda Puente de la Serna. Este último sustituía a otro, que se había llevado el Ebro en una gran avenida que tuvo lugar en 1615 y que también se reproduce aquí caracterizado como Puente vieja dirruida –en la época “puente” era femenino-.

Realmente, en este tramo de la Acequia daban servicio algunos pasos más. Pero sólo interesaban esos dos, que eran los únicos que estaban hechos de madera, tierra y rama. El concejo de Fustiñana pretendía que se reedificasen de obra, como los demás, a expensas del de Tauste, pues entendía que era su obligación, conforme a las estipulaciones del contrato suscrito en 1552 entre esas dos villas –más la de Cabanillas-, que había sido el punto de partida de la fundación de la Acequia. Los taustanos eran de otro parecer.

Los problemas sobre el terreno

Otro punto de fricción era el encauzamiento de las aguas sobrantes de la Acequia, así como de las procedentes de los barrancos, responsabilidad y cargo también de los aragoneses, según los de Fustiñana, por lo mismo. Y señaladamente de las dos escorrentías que vemos recogidas en la ilustración. En primer lugar, la del batidero -almenara por entonces- que se encuentra en el centro de la misma, singularizada con una bonita torre.

Sus desagües, según los navarros, encharcaban una gran extensión de tierra, evaluada, de forma sin duda exagerada, en 400 cahizadas, haciéndola inútil para el cultivo lo que, lógicamente, era una pérdida para los vecinos. Es la que en el dibujo aparece como tierra anegada. Tauste sostiene, sin embargo, que ese terreno jamas se ha cultibado, panificado ny arrendado, por ser madres de Ebro, y solo ha servido para llevar las aguas perdidas. Por lo que cabe deducir del texto del pleito, ese espacio, en origen al menos, se trataba de un galacho.

En segundo lugar, el barranco del Congosto, que el autor de la vista ha retratado en plena avenida. La Acequia, como vemos, lo salvaba mediante un pequeño acueducto: unas canales, como dicen ellos, que apoyaban en unos pilares, en parte de madera, como puede observarse y se expresa también en el curso de la causa.

El cauce natural del barranco se había cegado, no está claro si por causas naturales o como consecuencia de los obstáculos promovidos por unos u otros por diferentes motivos –ambas partes se eximen de toda responsabilidad y echan la culpa a la otra, naturalmente-, de forma que las aguas se desviaban hacia la partida de Fustiñana llamada de la Cofradía –que todavía subsiste hoy con ese nombre-, causando daños a los campos.

Esa partida, aunque no se identifica expresamente en el dibujo, cabe situarla en el extremo derecho del mismo, debajo del cauce de la acequia y de la salida de la cárcava.

El pleito se falló en 1629 a favor de las tesis de Fustiñana.

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barranco del congosto

Arriba, representación del barrranco del Congosto en la vista del siglo XVII, donde se aprecia el acueducto que salvaba la torrentera y a traves del cual circulaba el agua del canal, mientras que las avenidas que llegaban desde los montes de las Bardenas Reales pasaban por debajo. En la otra imagen, estado actual del mismo paso, en que la circulación se organiza al revés: las aguas procedentes del barranco pasan por encima del canal a traves de esta impresionante estructura.