La Gabardilla

por | Sep 7, 2011 | Patrimonio rural

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La Casa de la Gabardilla, este enclave puede relacionarse con un ramal de la calzada romana hacia los Pirineos

La calzada que conducía desde Caesaragusta (Zaragoza) hacia el paso de los Pirineos, por Segia (Ejea), y norte de Navarra. No en vano, en el mismo lugar se hallan restos de una villa altoimperial del S. I d.C.

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El edificio, construido en sillares de piedra tallados, todavía conserva una portada en forma de arco ligeramente apuntado y varias saeteras, que recuerdan necesariamente a algún tipo casa-fortaleza con una datación posible a partir del S. XIII. De este tipo de construcciones existen abundantes ejemplos en el País Vasco y Navarra.

Muy posiblemente, la torre de La Gabardilla protegía su val y la carrera real de Tauste a Zaragoza que cruzaba por los Montes de Castejón. Este camino era necesario cuando vadear el Ebro, por las poblaciones ribereñas de Gallur o Alagón entrañaba bastantes dificultades y peligros ante eventuales crecidas del nivel del río y la inexistencia de puentes hasta épocas más contemporáneas.

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A continuación recogemos el estudio de M. A. Pallarés sobre la Gabardilla a finales del S. XV.

La Gabardilla hace quinientos años.

1. Introducción

El que fuera obispo de Huesca, Mariano Supervía Lostalé, cuando escribió sobre la villa de Tauste para la obra Aragón histórico, pintoresco y monumental, que fue publicada en 1885, hizo una pequeña referencia a la casa de La Gabardilla, único dato impreso que conocemos anterior a este siglo sobre dicha construcción:

En el extremo límite de sus términos y cerca de los de Castejón de Valdejasa, se halla un edificio de piedra, único de ésta clase en la villa y su jurisdicción, llamado la torre de la Gabardilla, el cual por su nombre, forma y posición que ocupa, parece debió de ser alguna antigua fortaleza, hoy pacífica casa de labranza. El nombre de Gabardilla, o Gabardiella, como se lee en un documento de 1472, diminutivo de gabarda, especie de rosa silvestre, se le daría acaso porque abundarían en aquel desierto.

2.1 La casa y sus pobladores

2.1.1 Ubicación

Gabardilla es un topónimo frecuente en Aragón: la sierra de la Gabardiella se extiende por los términos de Nueno, Sabiñánigo y Loporzano, entre los rios Flumen y Guatizalema; Gabarderas, Gabarda, Gabardé y Gabardas son topónimos tensinos y Gabarda, un microtopónimo de Novallas.

Gabardilla se llama un lugar sito cerca de Loarre y también una aldea del término de Santa María de Buil. La Gabardilla existía en Tarazona y Gabarda era un coto redondo en Marcén; todos estos sitios están en la actualidad despoblados. En las mismas Cinco Villas, en Uncastillo, se halla la ermita de Santa María de Gabardilla.

La val de La Gabardilla, en Tauste, se sitúa al noroeste de su término municipal; sólo la de Valdecarro la separa del de Castejón de Valdejasa. Ambas vales se descuelgan desde los montes de Castejón, en el borde de lo que es el límite norte del término de la ciudad de Zaragoza, muy cerca del de Zuera. Es interesante saber que en esa zona han sido localizados recientemente yacimientos prehistóricos.

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Dejando atrás la ermita de San Lamberto, siguiendo hasta el fondo de nuestra val, al pie de la sierra en la que da inicio la zona de seguridad del campo de tiro de San Gregorio, se halla la casa de La Gabardilla, edificio de sillares de piedra bien tallados; su estructura y situación, y sus ventanas a la manera de saeteras, le dan un inconfundible aire de fortaleza.

Probablemente la actual casa de La Gabardilla, y las anteriores construcciones que aquí pudieran levantarse, formaron parte de algún sistema militar antiguo, quizás protegiendo el camino que cruzaba los Montes de Castejón desde Zaragoza hacia Ejea, o preservando la seguridad de las vías pecuarias de esa zona. Cuando la ubica el notario Miguel Ezquerra, en 1489, apunta que affruenta con dos carreras reales.

Aunque sita en el término de Tauste, es patente su buena comunicación con las poblaciones vecinas, incluida la ciudad de Zaragoza, a la que se llegaría cruzando los Montes de Castejón. Cuando se realizó el fogaje de 1495, los encargados llegaron a La Gabardilla el 26 de noviembre, el mismo día que habían hecho las relaciones de vecinos de El Castellar y Castejón de Valdejasa; esto es lo que apuntaron, sin nombrar quién habitaba en ella:

Y en la Guauardilla se trobo una casa.

2.1.2 Los pobladores

En mayo de 1460, Juan Segura, vecino de Tauste y habitante en La Gabardilla, tomaba en comanda cuatro cahices de trigo de García Capalbo, ciudadano de Zaragoza, y señalaba dicha casa y los campos de alrededor como fianza. Son Segura, en esa época, todos los habitantes de La Gabardilla de los que tenemos noticias.

Este apellido detectable en Tauste en el voto a San Miguel de 1421, en el que consta como vecino Miguel Segura; también en el fogaje de 1495, en que aparecen Sancho y Pedro Segura; y en un documento de Mira que aquí publicamos, fechado en 1538, en el que son nombrados Salvador y Jaime Segura.

Juan Segura, habitante en La Gabardilla, en 1461 hacía venta general de sus bienes a su hijo homónimo, habitante en Zaragoza, por 3.000 sueldos. Hijos del primero debían ser también los hermanos Pedro y Martín Segura, y María Segura, criada del mercader zaragozano Jaime Pérez de Villarreal.

A partir de 1471, los Segura aparecen en la documentación como escuderos, o sea, perteneciendo a la nobleza menor del reino de Aragón. Así constan, el 21 de abril de ese año, Pedro Segura, habitante en la casa de La Gabardilla; a principios de 1472, Juan Segura, alias de La Gabardilla, habitante en Zaragoza; Martín Segura, habitante en La Gabardilla, el 13 de noviembre de 1473; y Juan Segura, también habitante en dicha casa, el 12 de febrero de 1476.

El apellido Gabardilla, en Aragón, está documentado –por lo menos- desde el siglo XIV. En 1321, Juan Garcés de Gabardiella era nombrado, en Huesca, procurador de los caballeros e infanzones de esta ciudad, apareciendo en el mismo documento Pedro Garcés de Gabardiella.

De mediados del siglo XV se conserva, en el Archivo Notarial de Zaragoza, documentación del notario Pedro López de Gabardilla; y en fogaje de 1495, en Blecua, era citado Juan de la Gavardiella. Seguramente, el origen de éstos apellidos no tiene relación con el término taustano, y sí con topónimos altoaragoneses.

En cambio, en la documentación que aquí aportamos, si está claro el origen cincovillés de los que, en principio, son llamados alias de La Gabardilla, y luego pasan a apellidarse de éste modo. Eran llamados con ese apodo Juan Segura, que en enero de 1472 era habitante en Zaragoza, y también, Pedro Segura y Martín Segura habitantes en dicha casa. A éste, cuando compra una comanda de 600 sueldos a Pedro Isert, en 1498, ya se le llama Martín de La Gabardilla.

En noviembre de 1472, se avecindaba en Zaragoza, Juan de La Gabardilla, con anterioridad habitante en Tauste; puede que fuera el mismo que, en marzo de 1481, fue acusado por haber participado en el asesinato del pelaire Martín en la calle Mayor de esa ciudad, en cuya acción el mismo Gabardilla resultó herido en la garganta de una lanzada.

Pascual de La Gabardilla aparece en la relación de habitantes de Tauste que constan en un documento sobre Mira de 1538, que aquí publicamos; y en un documento de 1544 en el que Pedro Ateza, en regia comisión, decretaba nuevos ordenamientos político-administrativos para el gobierno de Tauste, consta Antón de La Gabardilla.

2.1.3 La explotación de La Gabardilla

El término de La Gabardilla, a finales de la Edad Media, estaría cubierto de bosque en sus partes mas altas (como ahora, con pinos, sabinas, carrascas y rebollos), y de sotobosque y prado natural en los fondos de las vales, donde la acción pecuaria fuera más insistente; pensamos que la zona roturada se limitaría al entorno de la casa, en un radio de acción relativamente corto.

Carlos Laliena, que ha tratado el paisaje aragonés de ese periodo, opina que el esfuerzo humano, con ayuda de las bestias de trabajo, poco podía hacer contra el bosque; además, la lejanía de las tierras de los lugares habitados hacían que dejaran de interesar para usos agrarios. Sin embargo, también señala como es perceptible en ese momento un constante goteo roturador, que iría creando claros de tierra escaliada rodeados aún de espesura.

La Gabardilla sería uno de esos claros, y estaría separada de los nucleos habitados vecinos por anchas zonas sin roturar, cubiertas de bosque o no… El grado de degradación de este medio, provocado sobre todo por la ganadería y –en menor medida- por otras actividades como el carboneo, también sería proporcional a la distancia de las poblaciones, mayor cuanto más cerca de éstas, y cuanto más cerca de los caminos y vías que las unían.

La situación, un tanto elevada de La Gabardilla, el clima más húmedo de la época y la acción beneficiosa del arbolado permitirían mantener cultivos, al lado de los tradicionales sementeros y viñedos, que ahora nos pueden admirar: en el proceso de 1472, del que más abajo trataremos, se habla de huertos con frutales, que no creemos que se mantuvieran con riego artificial, de pozos, sino con la propia frescura de la tierra.

El hecho de que en ese lugar quisieran hacer los de Tauste una balsa, nos indica que los huertos se situarían en la val, en alguna depresión receptiva del agua de lluvia que bajara de los altos cercanos.

El trigo, fundamental en la alimentación de nuestros antepasados, cubriría la mayor parte de la tierra cultivada de La Gabardilla; la trilla de la mies se hacía en eras cercanas a la casa. Varios de nuestros documentos son actos en los que habitantes de esa casa tomaban en comanda trigo, ya fuera para alimentación de sus habitantes o para simiente. De igual modo se sembraría cebada, sobre todo para pienso de bestias de labor.

La vid, cultivo muy extendido en la época, cuyo fruto era de fácil comercialización, también estaba presente en La Gabardilla; presumimos que la transformación de uva a vino también se realizaría allí mismo.

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Hemos localizado un documento en el que se daba validez, ante notario, a una sociedad agraria para llevar esta propiedad en 1480: Juan Segura, alias de La Gabardilla, habitante en Zaragoza, pactaba con Rodrigo de Hoz la explotación de éstas tierras durante cuatro años, o sea, cuatro cosechas; Juan aportaba tres bestias y Rodrigo una, y si moría alguna, habían de pagarla a medias- Juan le disponía al otro de tres camas y menaje de la casa, y también le adelantaba la primera simiente, tanto de trigo como de cebada; una vez descontado su valor, tras la recolección, los beneficios sería a medias, tanto de mieses como de cualquier otro ingreso proveniente de la explotación.

Como en cualquier casa de labor de la época había una infraestructura propia para estos menesteres, con cuadras para mantener al abrigo a caballería y aperos, graneros, lagar, etc…; con seguridad, el solar de la construcciones anexas actuales, de uso agrario, ha sido utilizado para lo mismo durante siglos.

Sobre el personal laboral que habitaba en la casa, nada más es lo que la documentación nos aporta; sabemos que, en 1489, Martín Segura vivía en La Gabardilla con su mujer, familia y mozos, sin que se especifique cuantos criados tenía en total.

Desde luego, en 1480, ya hemos visto como la explotación de estas heredades se iba a llevar a cabo con cuatro caballerías, y que el socio de Juan Segura, Rodrigo de Hoz, iba a recibir tres lechos para sus trabajadores.

2.2 La Gabardilla en un proceso de 1472

Ignoramos cuál fue el documento de 1472 que sobre La Gabardilla vio Mariano Supervía, como apuntábamos al inicio de éste trabajo; sabemos que el obispo de Huesca manejó para sus escritos documentación de la que se custodiaba en el Ayuntamiento de Tauste, pero hay que recordar que el archivo municipal de esta villa fue incendiado en 1934.

Donde sí se ha conservado un documento de 1472 sobre esa casa, concretamente un proceso, es en el Archivo Municipal de Zaragoza: Jimeno de Urrea, vizconde de Biota y propietario de La Gabardilla, denunciaba ante los jurados de dicha ciudad la irrupción de gentes de Tauste con sus ganados en esas hererdades. 

2.2.1 Jimeno de Urrea, vizconde de Biota, y La Gabardilla

A Jimeno de Urrea le fue concedido por Juan II, rey de Navarra y lugarteniente de Aragón, el título de vizconde de Biota en 1457. Fue uno de los nobles aragoneses que más se señalaron a favor del Príncipe de Viana; nombrado por el estado de los richos hombres para las cortes del reino de 1460, que comenzaron a celebrarse en Fraga, sería uno de los pocos de su estamento que se hallaron presentes, el 7 de octubre de 1461, en Calatayud en la jura al principe Fernando como heredero de la Corona de Aragón.

Jimeno de Urrea, vizconde de Biota y señor de Sestrica, habitante en Zaragoza, dictaba testamento a Luís Navarro, notario de esa ciudad, el 2 de abril de 1459. En él nombraba heredero universal a su hijo Jimeno, que con su hija Leonor iban a ser tutorados por su esposa, la vizcondesa beatriz de Bolea, alias de Urrea, y el arzobispo de Tarragona, Pedro de Urrea. En marzo de 1463, dictaba codicilo en en el que volvía a nombrar heredero a su hijo homónimo.

La viuda Beatriz de Bolea actuaba aún como tutora de su hijo Jimeno de Urrea jr. En agosto de 1465, cuando nombraba procurador a pleitos al escudero García Pérez de Moros; sin embargo, en 1468, ya era nombrado ese como vizconde de Biota. De inmediato, al año siguiente, intervino en el enfrentamiento entre los Heredias: por consejo del justicia, Ferrer de Lanuza, y otros oficiales reales, ocupó en nombre del reino el castillo de Santacrocha, que era de Fernando López de Heredia.

Jimeno de Urrea es el que nuestro documento señala como dueño, en noviembre de 1472, de la casa, torre y campos de La Gabardilla; no era una propiedad que hubiera heredado, sino que le había sido vendida por el escudero Juan de Segura, según se dice en el suceso que aquí transcribimos en su totalidad.

Este año, el de Urrea tuvo gran enfrentamiento con el señor de Villafeliche, Juan de Luna; la gravedad del asunto se volvió mayor desde el momento en que casi todos los nobles de Aragón hicieron causa común con uno u otro contendiente. En abril, el señor de Biota apresaba a gentes de Muel, súbdiras del de Luna; ese mes llegaba a Zaragoza el principe Fernando, sin duda requerido por éstos y otros pleitos nobiliarios.

En 1479, Jimeno entraría en lid, por cuestiones de derechos de su mujer, Elvira Ladrón, con el vizconde de Chelva, abandonaría sus pretensiones a la muerte de ella y de su hijo, Roger Ladrón y de Urrea. Años más tarde volvería a contraer matrimonio, con Ana Armendáriz.

Jimeno de Urrea, vizconde de Biota y señor de Séstrica era habitante en Zaragoza, como lo había sido su padre; nos consta que en Julio de 1494 tenía casas mayores en la parroquia de San Pablo.

2.2.2 El pleito contra la Villa de Tauste

El 26 de noviembre de 1472, en Zaragoza, el notario causídico Berenguer Salvo, procurador de Jimeno de Urrea, vizconde Biota, señor de Séstrica y propietario de la casa de La Gabardilla, denunciaba ante los jurados de dicha ciudad que gentes de Tauste, cumpliendo órdenes de los jurados de ésta villa, habían irrumpido a mano armada en La Gabardilla un día de ese mismo mes, talando un huerto con árboles frutales y destrozando otros bienes de dicha heredad, a pesar de haber sido mostrada, antes del suceso, una carta de parte de los jurados zaragozanos, a cuyo texto no se atendió.

Urrea, habitante en esa ciudad, instaba a éstos para que solucionaran el caso, teniendo en cuenta los privilegios de los que Zaragoza y sus pobladores gozaban. Los jurados Jimeno Gordo jr., Antón Guallart, Juan Moros y Pablo López, el mismo día escribieron a los jurados de Tauste para informarles de dicha denuncia; a la vez, les mostraban su admiración por no haber atendido los de esta villa al escrito que les enviaron antes del evento, en el que Urrea estaba de acuerdo en dejar en manos del rey la solución a un problema que no se nombra, pero que debía estar relacionado con la propiedad y el uso de La Gabardilla; y les instaba a compensarle por los daños causados, si no querían enfrentarse con la ciudad y sus derechos, señaladamente el privilegio de los Veinte. El escudero Pedro Segura, habitante en Zaragoza, fue nombrado nuncio de esta misiva, que fue enviada inmediatamente.

Tres días después, Segura compareció en la escribanía de las Casas del Puente, que era como era llamado entonces el ayuntamiento zaragozano, e informó de que el justicia de Tauste, en nombre de los jurados de la villa, había recibido el mensaje y no le había dado respuesta, salvo que ellos dispondrían de mensajero propio en caso de que deliberaran.

El día 3 de diciembre siguiente, Berenguer Salvo, procurador de Urrea, se presentó de nuevo ante los jurados de Zaragoza, esta vez con una cédula escrita en la que volvía a repetir el hecho violento, ahora con más detalle.

Sin causa legítima precedente, vecinos armados de Tauste, a pie y a caballo, habían iruumpido en La Gabardilla, donde habían talado el huerto y los majuelos (viñas jóvenes) con hachas, azadas y otras herramientas; y habían metido sus ganados a pacer los sementeros, causando una pérdida de 300 florines. Les suplicaba que se informaran sobre el suceso para que actuaran en consecuencia, en el marco de los privilegios de Zaragoza; ese mismo día, los jurados pidieron información sobre el caso.

Al día siguiente, Salvo presentó tres testigos; Jerónimo Genta, habitante en Zaragoza, Miguel Frontín y Antón Murillo, vecinos de Tauste, que declararon tras juramento. Genta dijo ser verdad lo contenido en esa denuncia, ya que él mismo vio talar y labrar el huerto y la viña a los de Tauste, dejando casi todo yermo.

Interrogado Frontín, declaró que vio como varios vecinos, por mandato de la propia villa, habían talado los árboles del huerto para ganar espacio, ya que allí pretendían hacer una balsa. Antón Murillo también afirmó que era verdad lo denunciado; repuso que, requerido por los oficiales de Tauste, él había participado en la tala de los árboles frutales, y que ésto se había hecho para excavar allí una balsa.

El 11 de diciembre, Salvo ponía al corriente de este proceso a la nueva corporación municipal zaragozana, Jimeno Gordo sr., Alfonso Francés, Juan Longares y Pedro de la Cabra; y les instaba a actuar contra la villa de Tauste.

Al mes siguiente, el 15 de enero de 1473, Berenguer Salvo compareció de nuevo ante los jurados para presentar un escrito del notario Bartolomé Roca (fechado el 10 de noviembre de 1472) en el que certificaba la venta de La Gabardilla, efectuada por el escudero Juan Segura, habitante en Zaragoza, al vizconde de Biota.

Cuatro días después, los jurados de dicha ciudad expidieron una letra dirigida a los justicia, jurados y oficiales de Tauste, en la que, en virtud de los privilegios que amparaban a los de Zaragoza (señaladamente, el de los Veinte), los requerían de nuevo para que compensaran a Jimeno de Urrea, pagándole los 3.000 sueldos en los que habían estimado los daños de la agresión. Esto le fue comunicado a Garcia Estella, jurado de Tauste, el 21 de enero de 1473 en dicha villa; el encargado de la intimación fue el notario Domingo catalán.

Habíamos victo como, en 1461, Juan Segura sr., habitante en La Gabardilla, había hecho venta general de todos sus bienes a su hijo Juan Segura jr., habitante en Zaragoza. Este es el que aparece en 1472 vendiendo dicha casa y heredades a Jimeno de Urrea en un documento que, aportado por su procurador, se inserta en el proceso; testificado por Bartolomé Roca el 10 de noviembre de ese año, en él se nombra dicha venta, pero no se incluye el tenor de ésta: el notario certifica una venta general de todos los bienes de Segura a Urrea, en especial La Gabardilla, por cierto precio (que no especifica), pero señala que por sus ocupaciones no puede hacer otro que expedir este escrito (por quanto yo ocupado de otros fechos en publica forma sacar no puedo la dita vendición, fago la present certificación).

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Este poco claro acto notarial y la presencia de un miembro de los Segura, Pedro, en el proceso (es nuncio de la primera intimación efectuada por los notario de Zaragoza a los de Tauste y testigo de la última letra enviada por éstos), así como la continuidad de la familia La Gabardilla, nos hace pensar que dicha venta puede que no se realizase nunca, y que ante la presión que el concejo de Tauste estaba haciendo a los habitantes de esa casa, estos se hubiesen acogido a la protección del de Urrea.

¿Pero cuál es el motivo inicial del enfrentamiento? ¿Que interés tenía el concejo de Tauste contra los habitantes de La Gabardilla?

Se nombra al inicio del proceso, cuando el procurador de Urrea denuncia el hecho ante los jurados de Zaragoza, una letra que éstos habían mandado a los de la villa antes de su irrupción en esas tierras; en ella declaraban que Urrea era partidario de dejar el problema en manos del rey para que lo arbitrara.

Pensamos que dicho problema podría ser el de aclarar quién tenía jurisdicción sobre esas tierras, si formaban parte del patrimonio municipal o pertenecían a particulares; por eso, puede que el llevar de testigo en el proceso a Miguel Frontín, de la familia que estaba en una situación similar respecto al termino de Mira tuviera una doble intención.

El debate iba a seguir tiempo después: nada más hacer una sociedad Juan Segura, propietario de La Gabardilla, con Rodrigo de Hoz para explotar estas heredades, en abril de 1480, el primero hacía venta general de sus bienes al escudero Bartolomé Peco, habitante en Zaragoza, en agosto de dicho año.

Sin embargo la casa era de nuevo de los Segura en 1489, y otra vez el municipio de la villa pugnaba con sus habitantes: el 23 de julio, en Tauste, Pedro Pérez fue nombrado procurador del concejo; al día siguiente, en La Gabardilla, instaba al notario Miguel Ezquerra para que levantara carta pública de que su familia y sus criados ocupaban dicha casa, a pesar de que ésta estaba apresada por la corte del lugarteniente general del reino, según se veía por las armas reales que allí se había colocado.

O sea, que el pleito seguía abierto, y ninguna de las dos partes cejaba en su postura por encima mismo de los esfuerzos de las instituciones: el concejo de Tauste requiriendo a sus vecinos para devastar La Gabardilla, a pesar de la letra de los jurados de Zaragoza en la que se proponía el arbitraje del rey en el asunto; Martín Segura ocupando la casa, a pesar de su confiscación mientras durara el litigio con la villa.

Pallarés Jiménez, Miguel Ángel . La Gabardilla y Mira en Tauste, hace quinientos años. Suessetania nº 18. Año 1999

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