Galería fotográfica. Iglesia y torre de Sta. María
La iglesia
Francisco Íñiguez Almech en un articulo publicado en el año 1937 que trgata sobre las torres mudéjares aragonesas. Y dice lo siguiente: “Hay un pergamino en el Archivo Municipal que tiene 35 x 23 cms. y está fechado el 3 de noviembre de la era 1281 (año 1243) y en él se dice que el abad Íñigo, del monasterio de San Juan de la Peña, cede a la villa de Tauste los diezmos y primicias que de ella cobraba, por concesión de don Alfonso el Batallador, para así poder atender a la terminación de las obras de la torre de la iglesia, campanas y vestiduras, esto en consideración al mucho aprecio que a la villa dispensó don Alfonso, de tan grata memoria”.
Este documento también lo había tenido en sus manos y leído, el taustano Salatiel Bernad, hombre muy culto (Catedratico de Filosofía y Letras), muy conocedor de la historia hispanomusulmana, y muy amante del mudéjar. En la actualidad el documento ya no se conserva, después de la quema de documentos en octubre de 1934 del Archivo Municipal, y si dicho documento no se quemó, se ignora su paradero.
Aunque se suponía que su cronología debía coincidir con la iglesia a la que acompaña, los resultados de las últimas investigaciones detectan importantes incongruencias en esta teoría, por evidencias de tipo constructivo, concluyendo que esta torre constituye un edificio totalmente independiente de la iglesia y de mayor antigüedad que la misma.
Su datación más probable debe situarse en el siglo XI, época de la Taifa de Saraqusta, por lo que se trataría, en realidad, del alminar que acompañara a la mezquita que tuvo que haber en el mismo solar que ahora ocupa la iglesia.
Esta galería de fotos, junto con los planos de la iglesia de San Antón, tiene como razón de ser el trabajo de toda una vida de D. Miguel Salas Lagranja. Por supuesto, si traemos aquí esta documentación suya sobre el mudéjar taustano, lo hacemos sobre todo por el interés intrínseco que en relación con el tema que trata tienen sus comentarios generales sobre el mudéjar aragonés, las precisas y detalladas mediciones de cada uno de los elementos arquitectónicos que estudia o la elegancia y finura de los planos y dibujos que incorpora.
Pero además, al menos en estas líneas, queremos que quede constancia de la genorosidad con que pone a disposición de quien lo solicite sus trabajos, la admiración que todos nosotros sentimos por su constante preocupación, durante décadas, por la conservación, divulgación y conocimiento de nuestro patrimonio artístico. Queremos, pues, mostrar a través de estas palabras nuestro más sincero agradecimiento y respeto por las personas que como Miguel Salas tanto han hecho por que podamos todavía sentirnos orgullosos del patrimonio que nos legaron nuestros mayores.